Y si nos encontramos un día...
de frente,
y tiñeras mi vida de un color nuevo
aparente, constante y suave
Permanecería observándote cadente, sosegadamente
e impregnaría mi piel con tu aroma a incienso
permanecería observándote por siempre
Sentir de nuevo tu misteriosa calma
hacer latir mi pulso acompañando tu cadencioso ritmo
Te conocí una vez, alguna tarde de septiembre
en que nos dejaste disfrutarte durante algún tiempo
Nos arropabas con tu manto de luz blanca
alimentabas apenas nuestros cuerpos,
Tu visión se nos antojaba enamoradiza
Te amamos desde el primer día
y hoy seguimos venerándote en la distancia
porque te sabemos herido
triste
dividido
No hay comentarios:
Publicar un comentario